lunes, 27 de julio de 2009

APOSTOLADO (Clase Sabado 25 de Julio/09)

Apostolado

 ¿Qué era el apostolado? Encontramos los delineamientos escritos en Marcos 3. 9 - 14. El Señor Jesús llamó de entre sus discípulos (3. 9) «a los que El quiso» (3. 23) y nombró doce de ellos para que fueran apóstoles.7

El apóstol fue primero un discípulo. No todos los discípulos se convirtieron en apóstoles. El «discípulo» está bajo disciplina, es a quien se le está enseñando. El «apóstol» es alguien que ha sido enviado. Nadie es enviado sin antes haber sido enseñado. No todos los enseñados son enviados. Leamos ahora Marcos 3. 14 de nuevo, y notemos dos propósitos: «para que estuviesen con El» y capacidades básicas de los apóstoles. Miremos ahora Hechos 1. 21, y nótese las calificaciones fijadas por Pedro: uno de estos hombres que han estado junto con nosotros todo el tiempo que el Señor entraba y salía con nosotros, y «uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección».

¿Son éstas las mismas calificaciones? El Señor Jesús estableció dos requisitos para el apóstol: 1) personal, una experiencia directa de primera mano con El mismo, y 2) una misión. Pedro dijo de dos cosas que eran necesarias al sucesor de Judas: 1) una experiencia personal con Jesús, y 2) un testimonio.

Pedro define cuidadosamente la época de esta experiencia de primera mano con El Señor así: desde el bautismo de Juan hasta la ascensión (Hechos 1. 22). Pablo no se hubiera calificado para ser uno de los Doce bajo estos términos. El podía atestiguar la resurrección de Cristo, pues lo había visto personalmente a El. Pero Pablo no podía atestiguar acerca de la vida y del ministerio del Señor Jesús en los días de su existencia carnal.

Alguien ha planteado la cuestión, ¿por qué no fue Santiago (el hermano de Jesús) nombrado como sucesor de Santiago el apóstol después que este último fue asesinado por Herodes? (De hecho, hay quienes piensan que no fue nombrado, a pesar de que las Escrituras guardan silencio sobre la materia). La respuesta es obvia, en mi opinión: Santiago, el hermano del Señor, un incrédulo antes del sacrificio del Calvario, no había estado con Él durante Su ministerio, y por tanto no calificaba para ello.

Otros podían ser «apóstoles» en un sentido más amplio, en que El Señor los había enviado, por medio del Espíritu, a realizar una labor apostólica. Bernabé, Saulo y otros son llamados apóstoles en la Biblia. Pero ninguno de ellos podía (o pudo) calificar para ello bajo los términos establecidos por El Señor Jesús y reiterados por Pedro.

¿Por qué sólo fueron propuestos José Barsabás y Matías para la selección? (1. 23). ¿Fue esto un error de parte de Pedro y de la primera iglesia? Yo no entiendo el expediente. Más bien me parece que éstos eran los únicos que llenaban los requisitos. ¿Cuántos había allí que podían reclamar que eran seguidores del Señor desde los mismos comienzos, desde el momento del bautismo de Juan? ¡En verdad no había muchos! El Señor tuvo pocos seguidores durante el primer año de Su ministerio. Las relaciones de los evangelios indican que el ascenso de Su popularidad no se produjo sino alrededor de la mitad de su ministerio (más o menos por el tiempo de la milagrosa alimentación de cinco mil personas). Si había allí tres o treinta que podían calificar para el caso, y sólo dos fueron postulados por el compañerismo, entonces me podría sentir inclinado a estar de acuerdo con Campbell Morgan en cuanto a que el método usado para elegir el sustituto del duodécimo apóstol era objetable. Por otro lado, si sólo había dos que podían calificar, entonces no habría objeción que hacer.

¿Y qué hay en la elección por suerte? Pues bien, notemos las etapas. Primero, los nombres fueron seleccionados porque satisfacían los requisitos establecidos por El Señor y reafirmados por Pedro. Luego, los hermanos por compañerismo pidieron a Dios que les hiciera saber cuál era su elección. Y entonces se echaron suertes. En verdad, no importaba sobre quién recayera la elección, el hombre seleccionado sería uno calificado para el cargo, ya que ¡sólo se hacía entre los reconocidos como calificados! Personalmente no me siento en condiciones de rechazar la selección de Matías como sucesor de Judas.

Tenemos que admitir una cosa: la primera iglesia estaba unánime, y estaba en oración. ¡Bajo tales condiciones, me siento más confiado en que actuaba conforme a la voluntad del Señor que lo estaría en algunas de las elecciones que se realizan en las iglesias de los tiempos modernos de la actualidad! Sandford, Una Iglesia Viva, pp53 - 55.

Prs. Luis C. Ribón V. - Georgina C. de Ribón

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